miércoles, 11 de agosto de 2010

La libertad del avión

He de reconocer que soy un enamorado de los aviones, eso hace que mi profesión sea casi una pasión para mi, que hace olvidar los madrugones, las noches perdidas los 600 holas con sus respectivos adioses al día (demasiados como para poder apreciarlos) y las tropecientas mil maletas, que no bultos de mano que muchas personas se empeñan en subir al avión.

Pero esos son los pequeños inconvenientes de la profesión, pequeñas cosas que para nada fastidian mi trabajo, el cual me encanta.

Una de las cosas que más me gusta es la sensación de libertad, el cerrar una puerta en Madrid y abrirla en Moscú, Paris, Londres, Dakar, Malabo... O Alicante. Me encanta el ir de un lugar a otro, me gusta ver el mundo a mis pies, me fascina empequeñecer el mundo de tal modo que siento que puedo ir donde quiera cuando quiera.

En el fondo también me siento un coleccionista de países, no sé cada uno colecciona lo que le gusta, a mi me encantan los países, las culturas, las personas y por eso colecciono países, me gusta pisar tierras diferentes, desconocidas, cercanas o lejanas, no me importa. Además es una colección que yo creo es imposible de completar, necesitaría muchas vacaciones, pero bueno no va a faltar empeño en conquistar todos y cada uno de los países del globo durante mi vida.

Realmente soy un privilegiado, soy muy afortunado de poder tener mi trabajo, de poder viajar, de poder tener esta sensación de libertad y poder ser coleccionista de países.

Tengo además mucha ilusión en mi otro blog de viajes, con pequeños datos sobre lugares que he visitado, espero que reciba muchas visitas y suscripciones, lo podéis encontrar en la web http://loslugaresdefran.blogspot.com/ espero que os guste.

Un saludo a tod@s

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